La piña pese a ser una fruta tropical procedente de América del Sur, está muy presente en los hogares europeos gracias a sus propiedades y refrescante sabor.
Tradicionalmente la época de la piña abarca de marzo a junio, pero la expansión de su cultivo a diversos países nos permite disfrutarla en cualquier época del año.
Es una fruta que ha de ser cultivada en climas cálidos, en terrenos con un buen drenaje y una fertilización adecuada, su pH ideal es de 5. La temperatura idónea oscila entre los 25-32ºC. El terreno debe estar limpio, es decir, sin residuos de vegetación. Además, es conveniente que haya una elevada humedad ambiental y que la planta esté expuesta directamente al sol.
Pese a que es una planta resistente a las sequías, es conveniente realizar un riego constante si esta se halla en una zona con precipitaciones irregulares o para obtener un fruto de mejor calidad.
La piña, al igual que el resto de cultivos, necesita nitrógeno, ya que la falta de éste retrasa su crecimiento y da lugar a plantas con tamaño enano y un tono amarillento en las hojas. La falta de nitrógeno perjudica la aparición del fruto y afecta a los tallos. El abono para piña también debe ser rico en fósforo y potasio. La ausencia de este último componente provoca la aparición de puntos amarillos en las hojas. La escasez de estos nutrientes puede ocasionar problemas de peso, forma y calidad del fruto.
Los fertilizantes pueden aplicarse de dos formas:
1. En forma sólida al suelo.
2. En solución a las axilas de las hojas inferiores.
El segundo método es el que proporciona mejores resultados.
El abono debe repartirse en pequeñas porciones mensuales en el caso del nitrógeno y en pocas aplicaciones para el potasio. Además, dos meses antes de la inducción floral, se ha de dejar de aplicar nitrógeno.
Las aplicaciones sólidas deben realizarse en los meses 2 y 4, después de la siembra. Las foliares sirven para corregir deficiencias nutricionales y se aplican a partir del mes 6 hasta el 14, con una frecuencia quincenal.
Pueden realizarse dos:
1. La primera a los 24 meses.
2. Partiendo de los brotes laterales, al cabo de otros 15-18 meses (segunda cosecha: retoño)
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